top of page

No tienes que hacerlo todo perfecto para estar avanzando.

Actualizado: 24 mar

Este post es para ti, mujer que cada día se esfuerza por cuidar de sí misma entre mil responsabilidades. Aquí hablamos sobre esa culpabilidad que aparece cuando no logras comer tan bien como te gustaría o cuando no te da la vida para entrenar. Te acompaño con cariño a entender que avanzar no es hacerlo todo perfecto, sino ser constante dentro de tu realidad. También comparto herramientas sencillas para trabajar la autocompasión y soltar la autoexigencia que tanto nos pesa.


Culpabilidad: esa compañera silenciosa


¿Cuántas veces te has sentido mal por no seguir el plan perfecto?Por no comer "como deberías", por no hacer tu rutina de ejercicio, por sentir que no estás haciendo suficiente…

La culpabilidad nos visita con frecuencia, sobre todo a las mujeres que estamos intentando cuidarnos mientras sostenemos la casa, la familia, el trabajo… la vida entera. Y muchas veces, lejos de impulsarnos, nos paraliza. Nos hace creer que si no podemos hacerlo bien, es mejor no hacerlo. Que si fallamos un día, ya no vale la pena continuar.

Pero aquí va una verdad que quiero que guardes con cariño:la progresión real no es lineal. Es humana, con sus altos, sus pausas, sus curvas inesperadas. Y está bien así.



"La constancia imperfecta transforma más que la perfección que paraliza."

Constancia imperfecta > perfección inalcanzable


Estamos tan acostumbradas a asociar el éxito con la perfección, que nos olvidamos de lo más importante:✨ Lo que realmente transforma es la constancia, no la perfección.

Un paseo de 10 minutos cuando no puedes entrenar ya es un gesto hacia ti.Un desayuno equilibrado, aunque el resto del día no salga como esperabas, ya es cuidado.Un momento para respirar antes de dormir, ya es autocuidado.

Hacer poco, pero con intención, suma. Muchísimo.


"No necesitas hacerlo todo perfecto, solo necesitas volver a ti con amor."


¿Y si cambiamos la exigencia por compasión?


La autoexigencia puede parecer necesaria, pero cuando es excesiva, se convierte en una carga. Nos habla mal, nos castiga, nos hace sentir insuficientes.La autocompasión, en cambio, no es rendirse, ni conformarse. Es tratarnos con el mismo cariño con el que trataríamos a una amiga que lo está intentando con todo su corazón.


Aquí te dejo algunas prácticas para empezar a cultivarla:


🪷 Habla contigo como le hablarías a una amiga: Cuando te descubras criticándote, para y pregúntate: ¿le diría esto a alguien que quiero?

🪷 Celebra lo que sí estás haciendo: Haz una lista diaria o semanal de pequeños logros, por simples que parezcan.

🪷 Permítete descansar sin culpa: El descanso no es un premio, es una necesidad. Honrar tus pausas también es cuidarte.

🪷 Crea un mantra que te acompañe: Algo como "Estoy avanzando a mi ritmo, y eso está bien." Repetirlo con conciencia puede ayudarte a reconectar con tu proceso.


No es todo o nada, es todo con amor

La salud, el bienestar, la transformación personal… no se construyen desde la rigidez, sino desde el compromiso amoroso. No necesitas hacerlo todo perfecto. Solo necesitas volver a ti cada vez que te desvíes, con amabilidad, con intención.

Estás construyendo una vida más saludable, sí. Pero también estás construyendo una relación más sana contigo misma. Y eso vale muchísimo más que cualquier rutina perfecta.


Espero que este post te sea de ayuda ;)


Un abrazo,

Alba.


Comments


bottom of page